viernes, 19 de octubre de 2007

EL ARTE Y LA POESÍA ROCOCO






DEFINICON ROCOCÓ:
Estilo ornamental surgido en Francia en el 1700, que se desarrolló en algunos países europeos durante el siglo XVIII. Es un estilo aristocrático que revela un gusto por lo claro, lo elegante, lo refinado, lo galante. Armoniza con una vida despreocupada, agradable y amante de la naturaleza.
Nacimiento:El estilo Rococó nace hacia mediados del siglo XVIII en Francia.

Características: Las características de este estilo tienen una relación directa con su nombre: aprovecha los reflejos en agua y espejos Favorece la ilusión que no permite definir límites claros entre las partes o entre el sueño y la realidad.



HABITACION DE LA REINA DE VERSAILLES:



CUADROS DE WATTEAU :

LUNARCUTO DE MELENDEZ VALDEZ:

La noche y el día, ¿qué tienen de igual?

¿De dónde, donosa,

el lindo lunar

que sobre tu seno

se vino a posar?

¿Cómo, di, la nieve

lleva mancha tal?

La noche y el día,

¿qué tienen de igual?

¿Qué tienen las sombras

con la claridad,

ni un oscuro punto

con la alba canal

que un val de azucenas

hiende por mitad?

La noche y el día,

¿qué tienen de igual?

Premiando sus hojas,

el ciego rapaz

por juego un granate

fue entre ellas a echar;

mirolo y riose,

y dijo vivaz:

«La noche y el día,

¿qué tienen de igual?»

En él sus saetas

se puso a probar,

mas nunca lo hallara

su punta fatal.

Y diz que picado,

se le oyó gritar:

«La noche y el día,

¿qué tienen de igual?»

Entonces su madre

la parda señal

por término puso

de gracia y beldad,

do clama el deseo

al verse estrellar:

«La noche y el día,

¿qué tienen de igual?»

Estréllase, y mira,

y torna a mirar,

mientra el pensamiento

mil vueltas le da,

iluso, perdido,

ansiando encontrar, l

a noche y el día

¿qué tienen de igual?

Cuando tú lo cubres

de un albo cendal,

por sus leves hilos

se pugna escapar.

¡Señuelo del gusto!

¡dulcísimo imán!

La noche y el día,

¿qué tienen de igual? Turgente tu seno

se ve palpitar

y a su blando impulso

él viene y él va;

diciéndome mudo

con cada compás:

«La noche y el día,

¿qué tienen de igual?»

Semeja una rosa

que en medio el cristal

de un limpio arroyuelo

meciéndose está,

clamando yo al

verle subir y bajar:

«La noche y el día,

¿qué tienen de igual?»

¡Mi bien!, si alcanzasesla

llaga mortal

que tu lunarcito

me pudo causar,

no así preguntaras,

burlando mi mal:

«La noche y el día,

¿qué tienen de igual?»




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